miércoles, 30 de junio de 2010

Descargas


En mi anterior post defendía los derechos de autor, pero -sí, lo confieso- eso no significa que nunca me haya descargado una película (ni una serie de televisión) de Internet. Es más, lo hago a menudo. La experiencia de ir al cine y de compartir con amigos tus impresiones tras salir de la sala mientras te tomas una cerveza o un té es estupenda, pero también lo es pasar una tarde lluviosa de invierno tumbada en el sofá, con la mantita, disfrutando de una buena peli en la mejor compañía (o sola, que el cine acompaña mucho).

Fenómenos como el de la serie "Perdidos" demuestran -como comenta acertadamente Víctor Domínguez de Antonio en Suite 101 (http://series.suite101.net/article.cfm/el-alcance-de-la-serie-perdidos-en-espana)- que ha nacido una nueva forma de ver televisión... y también cine. Otro caso parecido, en cuanto a distribución, es la muy diferente pero excepcional "The Wire" (en la imagen), que solamente ha tenido un millón de espectadores televisivos en EE.UU., porque se emitió por cable, pero constituye toda una referencia y cuenta con decenas de millones de seguidores por otras vías en todo el mundo.

Mientras, las productoras se tiran de los pelos y no hacen más que quejarse de que el pirateo en Internet las va a llevar a la ruina... Será porque se empeñan en perpetuar un sistema caduco. Es verdad que abogo por abolir la irreflexiva idea de que los creadores tienen que trabajar gratis para nosotros. Y no creo que haya que poner fin a la exhibición de películas en las salas, pero sí ofrecer una alternativa de forma simultánea: poderlas ver también en casa por un precio razonable.

Ya hay alguna web que ofrece esta posibilidad, como Filmin, muy recomendable para los cinéfilos, que ofrece títulos de excelente calidad con unos meses de retraso respecto a su estreno por unos tres euros. Además, Filmin apuesta por los autores menos comerciales pero no por ello con películas o cortos de menor calidad.

Creo que habría que extender esta iniciativa al cine de palomitas, que, al fin y al cabo, es el que consume la mayoría de la gente. Y estrenar a la vez en salas y en la Red. Eso y exigir a las empresas de telecomunicaciones españolas mejores conexiones a Internet, porque en general son vergonzosamente malas y caras.

Estamos en una etapa de transición en el mundo de la comunicación y de la transmisión de la cultura y da la sensación de que los grandes actores de los sectores implicados dan bandazos de un lado a otro sin saber por dónde van a ir los tiros o se enrocan en el victimismo y el cabreo. Pues a mí me parece que la clave va a estar en el desarrollo de contenidos on line y que quienes se reinventen serán los que salgan indemnes de esta profunda crisis de modelo.

2 comentarios:

  1. Con precios razonables, con salas menos masificadas y más cómodas y con alicientes como ofrecer cortos antes o después de las películas, creo aumentaría un montón la afluencia a las salas, al menos por mi parte... Muy de acuerdo con tus comentarios, Belén.

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  2. Completamente de acuerdo, Álvar. Hay salas que dan vergüenza, con los sillones que parece que se van a romper. El cine Palafox de Madrid es una de ellas. Menos quejas y más apostar por ofrecer un producto atractivo a los espectadores.
    Y, cambiando de tema, a ver si publicas el siguiente capítulo en tu blog!!!

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